Tipos
de
Activos y
Pasivos en una empresa
Cualquier empresa, está formada por
una serie de elementos como puede ser la maquinaría, el dinero en efectivo, el
coche de la empresa, deudas, etc. Todos los elementos, contablemente, se
dividen en tres grandes grupos que son el activo, el pasivo
y el patrimonio neto.
LOS
ACTIVOS:
Los activos de las empresas son todos aquellos bienes y derechos de
propiedad de la empresa o controlados por ésta con el que la empresa puede
realizar su actividad.
Para que un elemento pueda considerarse activo,
según las normas internacionales de contabilidad, ha de cumplir una serie de
requisitos que son:
- Ser un recurso controlado por la empresa: Es decir, basta con que la empresa tenga el
control. Por tanto, la propiedad no es necesaria para considerar un
elemento como activo. Una empresa que construya una autopista para el
Estado, no es propietaria de la misma, pero sí que puede ser propietaria de
la explotación de ella, y considerar dicha explotación como activo.
- Debe de producir beneficios futuros. Ya que la finalidad de adquirir un activo es
que, con la propia actividad de la empresa, se consigan beneficios.
- Estar valorados con fiabilidad. Si no se cumple este punto, no podríamos
contabilizar correctamente el valor de la empresa.
Son activos
por ejemplo, el solar o terreno de la empresa, las máquinas, las inversiones, las
mercaderías, las patentes o títulos, etc.
El activo de una empresa su clasificación es
importante para medir la liquidez de la empresa, su capacidad de cubrir pagos
de corto plazo. De allí que el capital de trabajo
esté fundamentado en el activo corriente. También estos se dividen en dos grupos, el activo corriente y el
activo no corriente:
- Activo corriente(o activo circulante): Comprende aquellos activos que la empresa
espera vender o utilizar en un plazo inferior a 1 año o simplemente es todo
aquel activo que se puede vender en un tiempo corto.
Por ejemplo,
las tortas en una panadería.
- Activo no corriente(o activo no circulante): Comprende aquellos activos
que para poderlos convertir en efectivo, se requiere de un plazo mayor a
un año.
Por ejemplo,
el terreno donde está alojada la panadería
Una
empresa donde la gran mayoría de sus activos sean convertibles en dinero,
en plazos mayores a un año, es una empresa que tendrá dificultades para cumplir
con sus obligaciones.
Recuerda
un activo puede recibir diferentes nombres, como capital económico, capital
según empleo, estructura económica, capital según funcionamiento o actividad,
etc, pero en todos los casos, tanto los requisitos como su clasificación es la misma.
También los activos se dividen en disponible,
inversiones, cuentas por cobrar, inventarios, activos fijos, intangibles,
diferidos, otros activos y valorizaciones.
Los
disponibles son; los activos corrientes puestos que ya son efectivo. Las inversiones, según su objetivo o plazo, pueden ser activos
corrientes o no
corrientes. Por costumbre, se suelen calificar las inversiones como activo
corriente, pero esto no sierre es así, puesto que aquellas inversiones
permanentes, son indiscutiblemente no corrientes.
Las cuentas por cobrar por lo general son activos
corrientes. Muy pocas empresas, por ejemplo dan créditos superiores a un año.
Aunque pueden existir algunas cuentas por cobrar a más de un año, las cuentas
por cobrar son básicamente activos corrientes.
Los inventarios son activos corrientes puesto que
su objetivo es precisamente ser enajenados dentro del giro ordinario de la
empresa.
Los activos fijos o lo que conocemos también como
propiedad, planta y equipo, son siempre activos no corrientes, puesto que están
destinados para ser utilizados por la empresa y no para ser vendidos.
Los activos intangibles, son generalmente no corrientes, puesto que por su naturaleza no están destinados para la venta.
Los activos intangibles, son generalmente no corrientes, puesto que por su naturaleza no están destinados para la venta.
Los activos diferidos, que son gastos pagados por
anticipado y cargos diferidos, por ser un gasto o una erogación ya ocurrida, no
se puede esperar obtener efectivo de ellos en ningún tiempo, por lo que no se
podrían clasificar como activo corriente, aún en los casos en que se trate de
activos amortizables en un corto tiempo.
Los “otros activos” son activos no corrientes,
puesto que corresponde activos que no forman parte o no tienen relación alguna
con el objeto de la empresa, por tanto se deben clasificar como no corrientes.
Las valorizaciones corresponden al mayor valor
comercial de los activos fijos e inversiones, por tanto, las valorizaciones
correspondientes a los activos fijos son activos no corrientes, y las
valorizaciones de las inversiones permanentes serán también activos no
corrientes.
En el caso de las valorizaciones de las inversiones
temporales, se podrían clasificar como corrientes, aunque sería poco usual.
LOS
PASIVOS:
El pasivo
de una empresa incluye todas las deudas que tenga la misma. Los pasivos son tan
importantes como los activos, puesto que tienen un gran efecto en la realidad
financiera de la empresa, tanto que puede llegar a comprometer la operatividad
de la misma.
La clasificación más común y simplista del pasivo,
lo divide en pasivos corrientes o a corto plazo, y los pasivos no corrientes o a
largo plazo.
Es importante que la empresa tenga muy presente el pasivo a corto plazo, el que
tiene que pagar con inmediatez, puesto que deberá garantizar los recursos para
cubrirlos llegado el momento.
Tipos de pasivos:
El pasivo está agrupado según su exigibilidad, es
decir, a su mayor y menor urgencia. Así, existen pasivos a corto plazo y
pasivos a largo plazo. Los pasivos cuyo pago es más urgente producen más
tensión sobre el efectivo, por lo que las empresas suelen hacer una lista de
sus pasivos en el orden en que se vence la fecha de pago. El poder saber qué
cantidad de los pasivos de la empresa son a corto plazo y que cantidad son a
largo plazo, permite a los acreedores evaluar la factibilidad de su empresa de
obtener efectivo.
Pasivo
exigible y pasivo no exigible
- Pasivo exigible: Es un término en desuso que representa el
total de las deudas, documentadas o no, que la empresa tiene con terceros. Suponen financiación ajena. La financiación puede suponer
obligaciones con acreedores, bancos u obligacionistas, por ejemplo.
- A largo plazo: son
obligaciones cuyo vencimiento es de más de un año de la fecha del balance general, tales como créditos
hipotecarios.
- A corto plazo: Son las deudas que se deben
pagar casi de manera inmediata. Incluyen proveedores, impuestos,
acreedores, etc.Por lo general su vencimiento es de menos de un año.
- Algunos autores hablan de Pasivo no exigible o
fondos propios, que estaría formado por "el Capital social y las reservas". Y sostienen (sin fundamentos fuertes)
que "son pasivo, porque pertenecen a los accionistas, pero no es exigible a la empresa su
devolución". En realidad, para que un pasivo cumpla la condición de
tal, debe presentar algunas características que el "capital
propio" no cumple (por mencionar una: que constituya un sacrificio de
recursos no controlable por el ente), como por ejemplo, lo sostiene la
normativa contable en la Argentina (Resolución Técnica 16 de la Federación
Argentina de Profesionales en Ciencias Económicas). La inclusión de
"fondos propios" dentro del pasivo, no tiene fundamento
económico y tal vez sea un resabio legalista. Ver "pasivo" en contabilidad
- Pasivo contingente: obligación posible surgida a raíz de sucesos
pasados, cuya existencia dependa de un suceso futuro o que no está
recogida en los libros por no obligar a la empresa a desprenderse de
recursos en el presente o no ser susceptible de cuantificación en el
presente. En caso de cumplirse las circunstancias, se genera la obligación
a terceros. Un ejemplo muy común son los litigios judiciales, con la
consecuente obligación en el caso de una sentencia en contra. Es decir, es
un pasivo probable o eventual pero no definitivo.
Otra clasificación que es importante realizar, es
la que tiene que ver con el tipo o naturaleza del pasivo, clasificación que ya
no depende del plazo para pagarlo, sino de su origen y naturaleza.
Entre estos pasivos podemos identificar por ejemplo
las obligaciones financieras, los pasivos laborales y los fiscales.
Quizás los pasivos laborales y fiscales son los más
importantes, puesto que estos pasivos gozan de especial protección por parte de
la ley.
Bien sabemos que la ley protege de forma especial
los derechos del trabajador, por lo que la empresa deberá garantizar el pago de
los pasivos laborales, inclusive cuando la empresa se encuentre en proceso de
reestructuración o liquidación, máxime si se afecta el mínimo vital de algún
trabajador.
En cuanto al pasivo fiscal, el estado nunca pierde,
y la empresa deberá pagarle los impuestos, puesto que el no pago, puede tener
implicaciones penales.
No siempre la clasificación se debe hacer en
función del tiempo que se tiene para pagar, sino en el nivel de exigibilidad de
los pasivos y de las consecuencias de su no pago oportuno.